Laguna

Es nuestro deber como adultos guiar y estar para nuestros estudiantes, quienes han sido dotados de talentos y de la capacidad de aprender y transformarse cada día para construir la vida que merecen, una vida llena de posibilidades, plena y feliz. Yo me pronuncio afortunada de poder acompañar este andar en una comunidad educativa como la nuestra.

Educar trata más sobre acompañar el camino, de crearlo en conjunto y de brindar los recursos y conocimientos necesarios para que el otro pueda crear y enfrentar el propio, para encontrar un propósito y un sentido a su existencia. Educar implica dotar al otro de la confianza y seguridad para vivir y construir una vida desde la consciencia y el involucramiento en su realidad. Educar es encontrar el equilibrio entre enseñar habilidades del desempeño y habilidades del bienestar en ambientes cálidos y óptimos para el aprendizaje. Educar es enseñar a usar la libertad con responsabilidad.

Soy consciente de los días cambiantes a los que nuestros adolescentes y nosotros nos enfrentamos, existe una realidad que exige personas responsables y comprometidas con el bienestar propio y de los demás; mentes flexibles, abiertas y resilientes que puedan adaptarse a los cambios bruscos y a las necesidades que se presentan. Me encuentro optimista sobre el futuro porque sé que estén en el lugar correcto con las personas correctas.

Para tener un futuro brillante, se necesita un presente brillante. En nuestras secundarias, sabemos que es mediante la educación y el acompañamiento consciente que podemos brindar a nuestros adolescentes la oportunidad de desarrollarse en un ambiente que beneficie la construcción de su persona integralmente y favorezca su florecimiento.

Creo en educar con conciencia, congruencia, convicción y con amor.